lunes, 3 de marzo de 2008

Quinta Audiencia - Jueves 28 de febrero de 2008

El jueves 28 de febrero los testigos citados fueron Liliana B. Ghibaudi, Maria del Carmen Seoane, Carlos Alberto Gómez, Claudia Carlotto, y Eduardo José María de Casas.
El primero fue el testimonio de María del Carmen Seoane. Esta maestra de 70 años fue vecina del mismo edificio de los imputados Osvaldo Arturo Rivas y María Cristina Gómez, y aún vive allí. Al imputado José Enrique Berthier no lo conoce.
Ante la pregunta de rutina del presidente del tribunal sobre su posible “interés” en la resolución de la causa en uno u otro sentido, dijo no comprenderla. Luego de las explicaciones del juez, pensó unos instantes, y dijo “no sabría qué contestarle”.
Luego comenzaron las preguntas de la defensa: la mujer contó que conocía a la pareja desde que comenzó a vivir en el edificio desde hace 45 años. Que conoció a María Eugenia cuando Gómez la llevó a su casa, para mostrársela, diciendo que la había “adoptado”. También explicó que hacía un tiempo que ella sabía que querían adoptar.
Luego, el Abogado defensor le preguntó si ella podía escuchar lo que se habla de otros departamentos del edificio desde el suyo -en clara alusión a las escuchas a las que hizo mención Olga González- a lo que ella respondió que era muy “difícil”. Agregó que se escuchan voces, pero que “no se entiende bien”, y que en todo caso se escucha más desde la cocina.
Cuando le preguntan si le contaron de dónde vino la niña, dijo que no. Indaga si habló con Olga González del tema, y manifestó que “se comentaba”, que se supo que se lo dio un militar. “¿No le dijo quién?”, preguntó el abogado defensor, la mujer contestó que no.
A continuación siguieron las preguntas del fiscal, quien quiso saber en qué piso vive, ella contestó “en el cuarto”. Quiso saber si los vecinos del tercero y del quinto son ruidosos. Dijo que los del tercero son un matrimonio mayor, que no hacen mucho ruido. Entonces el fiscal insistió sobre la posibilidad o no de escuchar gritos y Seoane respondió que a veces escucha los gritos de arriba. No hubo más preguntas para la testimoniante y se pasó acuarto intermedio, para escuchar por la tarde el resto de los testimonio.