jueves, 6 de marzo de 2008

Sexta Audiencia – 4 de marzo de 2008.

Para la audiencia del 4 de marzo estaban citados a declarar los peritos calígrafos Guillermo A. Anzorena, Claudia P. Belloni y Pablo A. Pisano, quienes al ser desistidos por la defensa del imputado Berthier no prestaron declaración.

Por ese motivo la primera declaración en escucharse fue la de Eloy Rafael García Sordelli, un médico militar retirado que se desempeñó como otorrinolaringólogo en el Hospital Militar Central desde enero de 1965 hasta diciembre de 1987.
Este testigo, propuesto por la defensa de Berthier, fue citado porque según el imputado Rivas un tal “Mayor García”, conocido de un gerente de la empresa Terrabusi –Aníbal Reyes Roa-, en la que Rivas trabajó, le habría entregado a María Eugenia.
García Sordelli conoció a Cáceres Monié de la época en la que éste se desempeñaba como jefe del área de Radiología en el Hospital Militar Central, pero no conoció a ningún “Reyes Roa” y tampoco a Rivas.

La testigo Alicia N. González, nuevamente descompensada, no declaró por ser desistido su testimonio.

A continuación se escuchó la declaración de María Cristina Tortti, socióloga, sobreviviente del Centro Clandestino de Detención “El Banco”, quien confirmó que Leonardo Sampallo también permaneció detenido ilegalmente allí y que en el lugar no se producían nacimientos, es decir, las mujeres embarazadas eran trasladadas para ello.

La jornada culminó con la declaración sorpresiva de Berthier. Su declaración no aportó nada a la investigación, sino que confirmó su posición de ocultar todo aquello que sabe.
Nuevamente esbozó teorías ya expuestas por su defensa durante la instrucción de la causa. Según sus dichos, su imputación se debe a una “venganza” de tres ex-camaradas, quienes habrían “armado” la causa. Sostuvo que fue implicado por pruebas “circunstanciales”. Asimismo, insistió en que habría que preguntarle a su co-imputada Gómez al respecto. Su negativa también abarcó el conocimiento del médico militar Julio César Cáceres Monié.
Asimismo efectuó “aclaraciones” respecto de sus tareas en la Compañía de Policía Militar 101 como Jefe de la Sección Antisubversión.
Finalmente, trató de convencer a la audiencia de ser un hombre “de bien”, un “trabajador” que cumplió con su deber con esfuerzo, quien es visitado en su lugar de detención en Campo de Mayo por sus camaradas y que cuenta con el apoyo de sus vecinos y que, dentro de su teoría conspirativa, sólo quieren Satanizarlo.

En la próxima audiencia se escuchará el alegato de la Querella.